Nunca se ha vivido la nostalgia de los sonidos rave y trance de los 90 como en el nuevo EP del productor barcelonés ETM, Progresivo, en el que mezcla estos sonidos con ritmos urbanos. Una expansión de sus propias barreras y de las del propio oyente. Durante cinco cortes, la emotividad que ambos géneros comparten transmite ese inolvidable sentimiento de pistas de baile llenas de éxtasis y pasión.
Conocido en la escena del trap y de la electrónica nacional por producir para artistas como Dellafuente, Pedro LaDroga o Lil’Moss, ETM presenta Progresivo después de casi un año de su última publicación, N-Tran-C. Hablamos con él sobre su nuevo trabajo y su reciente confirmación en la nueva edición de Sónar Barcelona.
Has dicho en otra ocasión que no le das mucha importancia al nombre, ¿pero por qué te decidiste por ETM?
En el colegio, uno de mis motes era E.T., y la M está simplemente para dar equilibrio al nombre visualmente hablando. Así le otorgaba más equilibrio visual y era más fácil hacer logos con él.
Dicen que las personas somos el resultado de las experiencias vividas. ¿Se podría decir lo mismo de la música?
Supongo que sí. Está claro que el contexto, la música que escuchamos y las experiencias vividas le condicionan a uno significativamente, pero también me gusta fantasear y pensar que la música está por encima de todo eso, que es un lenguaje universal y que simplemente sintetiza los sentimientos más comunes del ser humano, independientemente de las experiencias concretas que uno haya vivido.
¿Cómo empezaste a producir? ¿Por qué decidiste también explorar la faceta de músico sacando N-Tran-C?
Yo diría que fue más bien al revés, desde el primer día en que empecé a hacer música con el ordenador ya estaba explorando mi faceta de músico. No fue hasta mucho más tarde, con la irrupción del trap español, que me interesé en producir para otros artistas. Fue al escuchar los primeros temas de Fernando y los Kefta Boys, de Pedro LaDroga, la Pawn, Soto… En ese momento creció en mí un interés real en la escena nacional y fue entonces cuando empecé a verle salida a muchas de las bases/temas con los que estaba trabajando, así que no tardé mucho en preparar un .zip y enviárselo a alguno de los artistas que más me gustaban en ese momento. Dellafuente fue con el que más congenié y así fue como empezó mi andadura como productor.
En cuanto a cómo me inicié en esto de la música, fue acudiendo a unas clases gratuitas que daban en una casa okupa llamada la Torre del Moro. Allí, en ese momento, estaba dando clases Cristian, que entonces trabajaba con el nombre de Pisu, y que un par de años después iniciaría su andadura bajo el pseudónimo de Alizzz. Fue una lástima que solo pude acudir a tres clases ya que en pocos días desalojaron la casa, pero para mí fueron muy útiles y ya sentaron una base para poder empezar a guiarme con tutoriales y videos de internet.
En N-Tran-C había melodías trance y elementos rave, pero ahora, en tu nuevo trabajo, Progresivo, también has añadido sonidos de reggeatón. ¿Por qué decides incorporarlos?
Surgió de manera natural. Al estar escuchando y produciendo música ‘urbana’ acabé uniendo esta vertiente con mi otro lado más clubero y de tintes más rave. Ya por 2016 estaba experimentando con esto en el remix reggaetonero de Better Off Alone y casi todo el EP de Progresivo surge de allí.
“En parte creo que lo ideal sería publicar mi música sin mensaje alguno, solo ceñirme a los sentimientos y simplemente comunicarlos con la música, nada más.”
Ya hace casi un año de la publicación de N-Tran-C. A parte de los nuevos sonidos, ¿qué otras cosas has incorporado o han cambiado?
Creo que mi último trabajo, Progresivo, es más accesible, pero la esencia ha cambiado poco sin embargo –los arpeggios, las melodías intensas y las reminiscencias ravers siguen allí. Ahora estoy trabajando en un álbum en el que quiero juntar y darle un sentido a mi variante más ruda y clubera con la más popera  y urbana, pero a veces no es fácil unirlo todo y darle un mismo discurso.
Has producido para artistas como Dellafuente, Pedro LaDroga o Lil’Moss. ¿Qué diferencia el proceso de creación cuando produces para otros artistas a cuando son tus proyectos? ¿Con qué te sientes más cómodo?
Me siento más cómodo trabajando en mis proyectos, pero realmente, muy a mi pesar, nunca me he involucrado demasiado en el proyecto de otro artista, simplemente he producido temas separados, nunca un EP o álbum entero, y eso hace que mi experiencia como productor sea más cercana a la de un beatmaker que otra cosa. El proceso creativo en el beatmaking es prácticamente el mismo que cuando trabajo en mis proyectos en solitario, es una vez que los termino cuando pienso en qué artista podría funcionar encima del tema, casi nunca al revés.
Como ya se ha dicho antes, has trabajado con varios artistas de la escena trap y electrónica nacional. Pero, ¿con qué otros artistas te gustaría trabajar? ¿Y de la escena internacional?
De cantantes nacionales me gustaría trabajar con Yung Beef, Sila Lua, Soto Asa, Marina Herlop, C. Tangana, Trapani, Mariagrep… y de productores con Mark Luva, Rrucculla, Boris Divider, Hyphen, Otro, o Alizzz, entre otros. A nivel internacional me gustaría trabajar con Mike Paradinas, Lorenzo Senni, Oklou, Salem, Burial, Afx, con cualquiera de la crew de PCmusic… La verdad es que me cuesta muy poco ponerme a colaborar con otra gente, a todos les veo cosas buenas, incluso creo que podría disfrutar trabajando con artistas que no me gustan en nada.
Tus producciones contienen el sentimiento de las pistas de baile llenas de éxtasis, ¿qué tiene que tener una canción para hacer sudar la pista?
No existe un fórmula para eso, es importante tener en mente cuál es el sentimiento que se quiere transmitir y luego, en mi caso, buscar una cadena de acordes que concuerde con eso, añadirle un buen vocal, algún arpeggio y ya casi lo tienes.
De tu trabajo también destacan los videoclips, en colaboración con otros artistas como Eme Rock o Jordi Estrada. ¿Qué importancia tiene lo visual en tu proyecto?
Normalmente me gusta acompañar mi música de visuales y lo ideal sería dirigirlos yo mismo, lo cual espero poder hacer pronto, pero hasta el momento solo he podido implicarme a fondo en la realización de un par de ellos: el del remix de Rosalía de De aquí no sales, y el del remix de Ed Sheeran de Barcelona. Ha sido en estos dos casos donde, con la ayuda de un buen amigo mío llamado Alex Llenas, he podido materializar la idea que tenía en mente. Mi implicación en las colaboraciones que hice para los videoclips de N-tran-C fue mucho más limitada; yo solo puse la música, a nivel visual y artístico les di total libertad a todos y cada uno de los artistas con los que trabajé. Creo que allí reside un poco la gracia también, y es que cada uno aportó su visión de un mismo proyecto conjunto.
Y respecto a la importancia que tienen los visuales, he de reconocer que tengo opiniones encontradas; algunas veces pienso que me gustaría solo tener que vender mi música y nada más, sin necesidad de firmarla apenas, sin dar entrevistas, sin acompañarla de visuales… Pero en otras me doy cuenta de que, por lo general, ampliar tus expresiones artísticas, tener discurso, videoclips, etc., hace que la gente te tome más enserio.
El vídeo del remix De Aquí No Sales de Rosalía se puede entender como una crítica a España, o en el vídeo de All The Way se explora las tres dimensiones de la mente. Son vídeos con un mensaje potente, ¿ves los vídeos como la oportunidad de completar tu música y lanzar una idea de forma poderosa?
El video lo dirigió Anxo Casal junto a Martin Murua y Martí Resta. La intención principal era hacer una metáfora sexual con elementos naturales. El agua representa parte de los flujos, el mar y el romper de las olas la pasión y el clímax, aunque tampoco es algo de blanco o negro, puede tener varias interpretaciones.
En el videoclip de tu último trabajo, Con Otra Debería Probar, vemos varias imágenes de agua. ¿Qué es lo que querías transmitir?
Aquí me pasa un poco como en la pregunta anterior, tengo contradicciones. En parte creo que lo ideal sería publicar mi música sin mensaje alguno, solo ceñirme a los sentimientos y simplemente comunicarlos con la música, nada más. Pero por otra parte, quizá por necesidad más que por voluntad artística, he acabado realizando dos canciones con mensajes políticos claros y de las cuales estoy bastante satisfecho con el resultado. Así que en ese aspecto podría decir que sí, un video puede ayudar a complementar y lanzar una idea poderosa, pero en muchos casos, lo veo más una necesidad que no un anhelo artístico.
¿Ya tienes los propósitos para el 2020?
Haber sido confirmado para Sónar Barcelona es uno de los highlights de este año, sin duda, pero si además consigo ganarme la vida de la música y publicar todo lo que tengo en mente ya será todo un éxito.
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