Umberto Eco afirma en la introducción de su maravillosa Historia de la belleza que hace un compendio del concepto ‘Belleza’ a través de la historia del arte porque “han sido los artistas, los poetas, los novelistas los que nos han explicado a través de los siglos qué era en su opinión lo bello”. En su nuevo proyecto, titulado Márgenes, el artista Eduardo Casanova ofrece una visión muy particular sobre lo que es bello para él. El 6 de junio, la editorial Grijalbo publica el volumen, subtitulado Un ensayo artístico sobre el ser humano y la estética.
Para abrir boca, sin embargo, La Fresh Gallery acoge una exposición con algunas de las fotos más impactantes del proyecto del 27 al 31 de mayo. Eduardo Casanova, más conocido por su filmografía –ha dirigido la polémica película Pieles o, más recientemente, el corto Lo siento mi amor– ahora se pasa a la fotografía porque busca su inmediatez. “El cine es mi vida y siempre lo será, pero todavía estoy aprendiendo a gestionar los tiempos de espera”, nos confiesa. “Necesitaba generar imágenes para poder contar cosas.”

Esas ‘cosas’ que nos cuenta van sobre lo marginal, lo que vive en una zona liminal entre lo socialmente aceptable o no. Lo más importante de todo, su foco reside en la condición humana. Márgenes está conformado por más de ciento veinte fotografías acompañadas por reflexiones de Eduardo, en las que habla desde la maternidad hasta iconos personales como Jackie Kennedy. Pero aunque sus retratos sean crudos y capturen a personas que viven constantemente el rechazo de la mayor parte de la sociedad, Eduardo afirma que su trabajo “no tiene que ver con la inclusión. No soy activista, ni moralista ni pretendo que me consideren una buena persona; solo soy un artista.”

Para el proyecto, el polifacético creativo ha llevado a su casa a las personas retratadas, algo que no siempre ha sido fácil. “Son personas desconfiadas, desde luego, y no me extraña. A algunos era necesario conocerlos y explicárselo más para poder hacerles fotos. Con otros, simplemente era un trueque a cambio de algo que ellos necesitaban”, explica sobre el proceso detrás de Márgenes. ¿El objetivo? “Mostrar a través del arte la realidad que me interesa”, dice. Pero va más allá de eso. “Pese a que ruedo mucho, tenía congestión de imágenes en mi cabeza. Siento que este es un proyecto transicional que me acerca más al lenguaje estético que quiero rodar en mis próximos proyectos. No en el contenido sino la forma.”

Más allá de las personas retratadas, también hay una serie de imágenes de ratas calvas, una especie animal creada por los humanos. “Me fascina la idea de que se criaran ratones solo para ser comidos por otros animales domésticos”, dice Eduardo. “Se llaman ‘pinkies’ y los venden muertos y vivos. Los vivos los venden para serpientes domesticas a las cuales el humano todavía no ha conseguido quitarles el instinto de comer un animal vivo”, continúa. Y es en este punto donde reside el mayor interés del cineasta y fotógrafo. “Con esta conducta que tenemos se explica claramente el papel que cumplimos en el mundo.” 

Su papel, de momento, es el de seguir generando obras que exploren, de una manera explícita, personalísima, y nunca exenta de polémica, aquello que nos hace humanos, desde sistemas de creencias y rumorología como las teorías de la conspiración hasta aquellos individuos que, por un motivo u otro, no son aceptados por el resto de la sociedad. Para Eduardo, esteta y artista radical, la belleza “es el horror humano”. Y ese horror ahora coge forma de exposición y también de libro.
La exposición Márgenes de Eduardo Casanova se podrá visitar del 27 al 31 de mayo en La Fresh Gallery, calle Conde de Aranda 5, Madrid.

El libro Márgenes de Eduardo Casanova, publicado por la editorial Grijalbo, saldrá a la venta el 6 de junio.
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