Daniel Sánchez López es un director de cine que, aunque nació en La Mancha, forma parte de la fuga de talentos que hemos sufrido en la última década. Tras debutar internacionalmente en diferentes festivales de cine con sus dos anteriores cortometrajes, prepara ahora su primera película: Boy Meets Boy. Pero para conseguirlo, necesita algo de tu ayuda.
Como tantos de nuestra generación, los sueños son grandes, el esfuerzo mayor, y el dinero y oportunidades, escasos. Ahora, Daniel tiene abierta una campaña de Kickstarter para poder financiar su primer largometraje, una historia sobre un romance fugaz en Berlín –de esos que, imagino bastantes, hemos vivido. Cultura queer y underground, una generación más conectada que nunca pero a la vez más solitaria e individual, y la sensación de estar perdido que nos invade constantemente. Pero también, la despreocupación, la libertad, el flirteo, y la sensación de vivir algo auténtico.
¿Cuándo y por qué decides dedicarte al cine? ¿Hay alguna película que marcó especialmente tu infancia?
Siempre se espera que una primera película transforme la vida de ese niño vulgar y lo convierta en un cineasta de por vida; como una epifanía fílmica. Conmigo no fue así. No crecí viendo películas de Buster Keaton o Truffaut. Fui educado en un colegio católico y mi madre, la mejor del mundo, me llevaba a ver las películas que a mí me importaban en aquel momento: Pokemon, No te fallaré, OT el Documental y la peli de las Spice. Pero sí es cierto que con 16 años pude elegir ética en vez de religión por primera vez y la profe centraba sus clases en base a películas como Matrix, Los chicos de la banda o El milagro de Ana Sullivan. Creo que fue entonces cuando decidí estudiar Comunicación Audiovisual como carrera.
En tu formación, vemos que además de en España has estudiado en Dinamarca y en Cuba ¿Qué te ha enseñado cada uno de estos tres países que te gustaría mostrarle al mundo?
He estudiado más de cinco años en España, un año en Dinamarca y solo dos semanas en Cuba. Con la carrera universitaria en España aprendí a desarrollar una actitud crítica a todo mi alrededor; en Dinamarca, mi formación era más práctica, y en Cuba, conocí a mentes brillantes que me inspiraron a ser valiente y honesto con uno mismo. Espero que esta perspectiva crítica y auténtica forme parte de mi cine para siempre.
¿Cómo surge la idea de Boy Meets Boy?
Empecé a escribir Boy Meets Boy con Hannah Renton hace casi cuatro años mientras estudiábamos en la Escuela de Cine Europeo de Dinamarca. Cuando terminamos los estudios nos mudamos a Berlín y en casi un mes terminamos el guion. La idea era escribir una película que pudiéramos producir con el mínimo dinero posible, por eso pensamos que una historia de amor entre dos jóvenes en la calle durante un día era una idea perfecta. Además, ambos amábamos Before sunrise de Richard Linklater.
¿De qué manera influye Berlín en tu producción artística para convertirse en uno de los protagonistas de tu primer largometraje?
Berlín es un protagonista más en la película. La idea es grabar con luz natural y en la calle por un lado porque no tenemos presupuesto para alquilar equipamiento fotográfico caro, y por otro lado, para poder mostrar un Berlín que se aproxime a la realidad. Estoy muy interesado en mezclar material documental con el ficticio para poder captar la espontaneidad del momento.
Berlín parece perfecta porque es una ciudad con una energía muy fuerte y se debe a que la población es joven; también es muy creativa, quizá porque tuvo que reinventarse como ciudad hace treinta años tras la caída del muro. La escena techno es también muy importante y forma parte de un universo queer underground que no he conocido en otras partes del mundo. Creo que Boy Meets Boy es un homenaje a Berlín y a todo esto.
¿Cuáles son las características de la generación a la que quieres retratar en esta película?
Voy a retratar a mi generación: gente joven entre veinte y cuarenta años viviendo en ciudades grandes, altamente cualificada, pero con sueldos bajos. También voy a hacer un retrato más específico de una generación perdida y gay. Hoy en día, ser gay en Alemania, España o Inglaterra ha dejado de ser para muchos un problema. Los problemas no son los heteros o la aceptación de esto sino una conducta de la sociedad patriarcal que los homosexuales hemos aprendido y reproducido entre nosotros, creando un problema en la aceptación de nosotros mismos y produciendo ansiedades por la busca de afecto a través del sexo, drogas, alcohol o redes sociales. Una generación que se siente sola pero que sueña con no estarlo siempre. Esta en la generación que retrato en la película.
¿En qué momento de sus vidas se encuentran los dos protagonistas?
Johannes tiene 25 años y es bailarín de danza contemporánea, pero reparte comida a domicilio con una bici y tiene una relación abierta que no acaba de aceptar. Harry se acaba de graduar en medicina y se ha pasado todo un día en Berlín haciéndole selfies a su ano y los otros dos en una discoteca. Aquí es donde se conocen.
¿Estás abierto a cambios sustanciales en el guion que se puedan producir durante la grabación de la película?
Y más que sustanciales. Como ya dije antes, quiero hacer un híbrido entre documental y ficción, estoy abierto a escuchar a los actores y moldear sus personajes a su propia experiencia.
¿Cuánto hay de autobiográfico en tus guiones?
Mucho. Creo que para un nuevo creador es muy importante comenzar construyendo con sus propias vivencias. Conozco a esos personajes porque son mis amigos, mis rollos de una noche o yo mismo. Conozco donde pasean, donde van a bailar y tengo la certeza de que son sinceros.
Tanto Boy Meets Boy como tus anteriores cortometrajes tienen una temática homosexual. ¿Crees que su impacto puede ser más importante dentro de la comunidad LGTBIQ que para las personas que se consideran heterosexuales cisgénero?
Por un lado, creo que todos hemos tenido una historia de amor de un solo día –hetero u homosexual– del mismo modo que todos nos hemos podido sentir solos o rechazados en nuestra vida. Creo perfectamente que un heterosexual cisgénero puede entender esta historia igual que toda la comunidad queer entendió Titanic. Pero también considero que Boy Meets Boy debe ser vista por una audiencia gay que está cansada de ver tragedias homosexuales sobre el VIH o dramas por salir del armario.
Hemos visto que las recompensas para las donaciones tienen una personalidad muy especial. ¿Quién está detrás del merchandising?
Pedí a Chema Díaz que realizara el merchandising de la película. Es un de mis mejores amigos y su pasado desfile en Londres fue brutal –el lo llamó Fashion-Rave. No tengo duda de que los personajes de mi película vestirían de su marca e irían a sus fiestas. Por eso, la oportunidad de que creara una línea de merchandising era ideal. Para Boy Meets Boy, diseñó una camiseta, una gorra, una sudadera y una bolsa. Mi favorita es la bolsa: una impresión de rayos X de lo que podría haber en los bolsillos de uno de los personajes. 
Nos ha llamado mucho la atención la frase en inglés que acompaña a los productos de la campaña. ¿Algo que comentar?
La sudadera dice en la espalda: “Your disco disco dick is sucking my heart out of my mind”, que en principio fue el título de la película. Luego pensé que era un poco largo como para recordarlo yo mismo y lo cambié al título actual como tributo a Leos Carax. La idea fue de la coguionista, Hannah Renton, que escuchó esa frase en la canción de Le Tigre Deceptacon, traducido como “tu polla disco disco me chupa el corazón y lo saca de mi mente”. Una forma divertida (y larga) de decir ‘perder la cabeza’.
Has tenido la suerte de participar en festivales de cine internacionales ¿En qué festival te gustaría ver tu próxima película?
Mis películas han sido mayoritariamente exhibidas en festivales internacionales de cine LGTBQ y es allí donde espero continuar viéndolas. Es un honor presentar tu obra a tu madre en un cine –esto pasó en el LesGaiCineMad de 2017. También me gustaría verlas en mis festivales favoritos como Cannes, Locarno o Rotterdam, pero sobre todo, y viviendo en Berlín, en la sección Panorama de la Berlinale.
¿Qué eventos van a acompañar la campaña Crowdfunding de Boy Meets Boy?
Hemos realizado una fiesta inaugural con DJs en el bar Gris de Madrid y otra en una galería underground de arte en Manchester. Haremos seguro una más en Berlín para el cierre de la campaña. Se trata de presentar el proyecto de la película en lugares donde los personajes de la película podrían divagar y, de paso, promocionarla.
Los eventos Cosmic Kino que realizáis en Berlín se han convertido en muy poco tiempo en una cita de gran éxito entre la comunidad underground de la ciudad. ¿Cuáles son los ingredientes que dotan de tanta personalidad estos encuentros?
Y no solo en Berlín, nuestra última cita fue en el Instituto Cervantes de Manchester. Tengo la suerte de haber podido estudiar cine en España y fuera de España, además de acudir a un par de festivales de cine internacionales cada año. Veo muchísimas películas que no logran su exhibición o tienen un recorrido en sala muy limitado. Cosmic Kino nace con la ilusión de poder dar a luz a estas películas inéditas y de poner en contacto al director con la audiencia vía Skype o en persona.
¿En qué contexto nace Cosmic Productions y cómo os ha ido hasta ahora? 
Cosmic Productions nació hace poco más de un año cuando quise realizar un cortometraje en Berlín y llamé a mis mejores amigos para ayudarme. El rodaje fue tan bien que decidimos unir fuerzas y crear la compañía. Hemos producido cortometrajes, publicidad y videos musicales, y también hemos tenido la suerte de ser seleccionados para los Berlin Music Video Awards en tan solo un año de vida.
Hasta ahora, la publicidad que hemos producido ha sido no gubernamental y personalmente me gustaría poder seguir produciendo publicidad, videos musicales o cortometrajes que realmente nos identifiquen: de contenido queer, feminista y crítico, con una estética joven, fresca y profesional.
¿Tenéis unos roles marcados que se repiten en vuestras diferentes producciones?
Sí. Thea es nuestra editora de video y responsable de la web y del arte de la empresa; Lucía y Yeray son productores, y yo escribo y dirijo o codirijo con Thea.
¿Qué opinas de la incursión de las plataformas audiovisuales en la producción cinematográfica?
Las nuevas plataformas digitales me parecen la inevitable razón y consecuencia de la forma en la que consumimos cine en la actualidad. No estoy en contra de ellas y creo que pueden ser productoras de contenido de muy buena calidad, como Roma, pero también tenemos que tener cuidado y evitar un monopolio audiovisual: Netflix, por ejemplo, funciona como televisión, cine en casa y lo que antes era ir al cine –porque la gente proyecta en la pared una película y piensa que está en un cine. Pero no, no estás en el cine, estás en tu cama.
Tenemos que proteger los teatros en el centro de las ciudades pero también ser conscientes de que Netflix es el presente y que la industria ya ha cambiado para siempre. También recomiendo, para evitar este monopolio, diversificar nuestras suscripciones online. A veces pienso que todo el mundo ve lo mismo y que las decisiones están tomadas por un grupo muy pequeño de gente, y esto me asusta. Personalmente, apoyo otras plataformas como Filmin, que tienen una mejor relación productor-distribuidor y que en general tienen un catálogo de cine mucho más estimulante.
Por curiosidad, si tuvieses la oportunidad de colarte en la grabación de una película ¿Cuál sería?
Suena a cliché, pero como no, en cualquiera de Pedro Almodóvar, pero especialmente en Todo sobre mi Madre, y así matamos muchos pájaros de un solo tiro: Pedro, Penélope, Marisa, Candela, Fernando Fernán Gómez, Rosa María Sardá, etc. Pero también me tomaría un café con Mia Hansen Løve, Mike Leigh o Andrew Heigh.
¿Quién crees que han sido los injustamente olvidados del cine nacional e internacional?
Nacionalmente creo que nos olvidamos a veces de las figuras de Segundo de Chomón o Edgar Neville; pero sobre todo hay que reivindicar uno de los mejores directores del cine español de todos los tiempos: Fernando Fernán Gómez. El mundo sigue es mi película española favorita. Internacionalmente, pienso que las figuras de Agnès Varda se ha empezado a valorar en los últimos años y siempre fue eclipsada por los varones de la nouvelle vague. Otros directores de cine que siempre están en un segundo plano en el cine italiano son Ettore Scola o Valerio Zurlini, que personalmente me emocionan mucho más que Visconti o Antonioni.
Y para acabar, ¿cuál es la película que no podemos perdernos este año?
Me gusta dejarme sorprender por directores nuevos y películas que nadie espera; festivales como Visionäre en Berlín en abril es una cita que recomiendo para ver filmes debutantes. Y directores que estrenen película este año y no me voy a perder sin duda: la nueva de Ira Sachs, que lleva haciendo tres películas consecutivas de gran belleza emocional; Mia Hansen-Løve, que prepara una película homenaje a Bergman (su anterior película sobre el cine, El padre de mis hijos, fue una delicia); y también lo nuevo de Hirokazu Koreeda, Sam Mendes y Jim Jarmush.
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