En un ecosistema definido por la repetición, la homogeneidad y las tendencias globales, el factor sorpresa parece haber exprimido todo su potencial por momentos. Nada más lejos de la realidad. Habitación Número 34, un espacio cultural interdisciplinar ubicado en el distrito madrileño de Usera, reivindica la imperiosa necesidad de repensar las fórmulas y formatos establecidos. Ni galerías al uso, ni conciertos multitudinarios, ni público sentado en gradas. Sus responsables promocionan el talento emergente optado en su lugar por un cubículo acristalado que recrea una habitación invertida en un barrio popular de la capital. “La idea de la habitación devuelve el arte instalativo a ese plano cotidiano”, comentan.
Por su particular dormitorio ya han pasado artistas como Megane Mercury o Javiera Mena, congregando a una importante legión de fanáticos al otro lado de la cristalera que conecta la localización, situada en la Avenida Cerro de los Ángeles 34, con la realidad de la calle. Y a pesar de ser la antítesis de los festivales de música mainstream, sus conciertos no dejaron a los que hasta allí se acercaron (ni a los viandantes que por allí pasaban) indiferentes. ¿La clave del éxito? Una propuesta revolucionaria capaz de poner en entredicho los canales comunicativos entre los artistas y su audiencia. “Lo característico de estas habitaciones es que son solo accesibles visualmente desde el exterior y apuestan por una forma totalmente pública de promocionar el arte, la música y la cultura en general, compatible además con todas las restricciones actuales del Covid-19”, responden sus responsables, para quienes las sinergias creativas, la escucha activa y la defensa del talento joven e independiente son fundamentales.

Su interesante programa de conciertos, pensados para ser escuchados en streaming a través de Twitch, se ha hecho un merecido hueco en la escena artística de la capital. Todo un logro teniendo en cuenta que el proyecto se presentó en septiembre de 2020, en plena pandemia y a contracorriente de la dinámica instaurada marcada por los aplazamientos, las cancelaciones y el cierre definitivo de negocios. Ahora sueñan con extender su iniciativa “a otras partes de Madrid primero, y luego a otras partes de España, si es posible”. Mientras tanto y hasta el próximo 31 de agosto, puedes acercarte a su espacio a disfrutar de su nueva instalación, Un velatorio cualquiera.
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Megane Mercury
Antes de adentrarnos en vuestro proyecto Habitación Número 34, me gustaría saber quiénes estáis detrás del mismo. ¿Podríais presentaros ante nuestros lectores?
Habitación Número 34 es una iniciativa del artista madrileño RGB, más conocido por su nombre artístico ©®3819etc, quién adaptó el espacio para transformarlo en un espacio dedicado al arte público, pues consiste en un cubo blanco acristalado aprovechando la disposición en esquina del mismo. Para la gestión y ejecución del programa artístico del espacio, Habitación Número 34 está colaborando con Lava Art Project, una plataforma dedicada a la representación de artistas emergentes, así como a la investigación, producción y exhibición de arte visual en todas sus facetas, fundada por las comisarias Belinda Martín Porras y Paula Ramos Mollá. Entre ellas dos y Claudia Arroyo, asistente de producción, llevan la gestión de la parte de artes visuales del espacio. También colaboran lxs técnicos de sonido e imagen Ignacio de la Calle y Axel Ortiz, para que los conciertos y programas de entrevistas sean posibles. Ahora mismo también se realizan DJ Sets en colaboración con el colectivo Phase.ctv. Asimismo, lxs diseñadores Anna Pandozzi y Tony Perlo ayudan con el gráfico del espacio entre otras cosas.
La promoción del talento joven local, la búsqueda de nuevos formatos o la unión del arte y la calle son algunas de las premisas que defendéis en vuestra iniciativa. Pero, ¿qué es exactamente Habitación Número 34?
Habitación Número 34 es un espacio cultural interdisciplinar sin ánimo de lucro que nace en septiembre de 2020. En este momento, en el mismo se llevan a cabo instalaciones artísticas, conciertos, DJ sets y programas de entrevistas. El proyecto parte de la simple idea de dar visibilidad al talento joven español en un contexto de pandemia global, y en el que los espacios convencionales, tanto de arte como de música y cultura en general, se muestran aún reacios a apostar y dar una oportunidad a artistas visuales o musicales realmente emergentes.
Se engloba dentro del proyecto cultural Habitación Número, el cual persigue la promoción del arte nacional emergente en los barrios de la periferia de Madrid. En el futuro, queremos reproducir este mismo modelo localizado en Usera, creando otras habitaciones culturales englobadas en una red de salas dedicadas al arte joven. Con ello pretendemos no sólo incluir a todos aquellos vecinos de las periferias, quienes son nuestro público más asiduo, sino también hacer de estos lugares periféricos focos culturales por sí mismos en un contexto actual en el que los espacios de arte y entretenimiento se hallan concentrados, mayormente, en el centro de la capital. Lo característico de estas habitaciones es que son solo accesibles visualmente desde el exterior y apuestan por una forma totalmente pública de promocionar el arte, la música y la cultura en general, compatible además con todas las restricciones actuales del Covid-19.
Como adelantabais hace un momento, el espacio surge en mitad de la pandemia mundial, concretamente en septiembre de 2020. Un momento crítico que, si bien ha propiciado la extinción de infinidad de empresas, parece haber favorecido la irrupción de otros proyectos revolucionarios. ¿Qué os llevó a decidir materializar esta idea en forma de habitación? ¿Y cuáles fueron los principales retos que tuvisteis que superar en un primer momento?
En nuestras conversaciones previas a la apertura de Habitación Número 34 estaba muy presente el Covid, por supuesto, así que decidimos hacer algo que no fuera transitable. A raíz de esta idea, surgió la idea de un escaparate que fuera 100% accesible para todo el mundo, sin barreras de entrada y que apostara por el arte gratuito. Desde ahí, divagamos a la idea de la habitación en una serie de largas conversaciones entre RGB y Lava Art Project. Los primeros retos, aunque suene un poco obvio, fueron sobre todo administrativos y económicos.
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RIZHA
Si nos adentramos en vuestras redes sociales, convertidas en el canal de comunicación con vuestro público a la hora de informar de la programación prevista, encontramos un sinfín de rostros conocidos en la escena artística madrileña. De Virgen María a Javiera Mena, pasando por Confeti de Odio o Megane Mercury, todxs han actuado en vuestro local. ¿Qué criterio seguís a la hora de configurar el cartel de artistas?
Realmente hemos utilizados dos vías a la hora de elegir a los artistas que han actuado en Habitación Número 34. Por un lado, muchxs de ellxs nos han contactado a nosotrxs, interesadxs en el proyecto, y hemos decidido apostar por ellxs. Por otro lado, hemos contactado nosotrxs a aquellxs artistas que creíamos que casaban tanto con la estética del proyecto como con nuestros ideales. Al final, siempre apostamos por gente joven y que hace apuestas musicales más o menos arriesgadas.
¿Teníais clara la forma que queríais que adoptase el espacio?
Sí, esto fue de lo primero que decidimos en las primeras conversaciones de cara a crear el espacio. Era la seña de identidad del proyecto y lo más importante. En definitiva, lo que diferenciaba al espacio de una galería normal y marcaba el carácter de las instalaciones que en ella habría.
¿Pensáis que el arte ha estado desconectado de la realidad durante demasiado tiempo? ¿Es ésta una fórmula con la que integrar la creatividad en nuestro día a día?
Decir que el arte está desconectado de la realidad nos parece una afirmación bastante compleja y con muchos matices, la cual habría que analizar en mayor profundidad. Sin embargo, si por “realidad” entendemos aquello que sucede en nuestro día a día tangible, efectivamente, la idea de la habitación devuelve el arte instalativo a este plano cotidiano. La idea de la habitación era evocar literalmente el lugar donde el artista, en la mayoría de las ocasiones, imagina y da forma a sus ideas; esto es, su cuarto. De hecho, el espacio cuenta con algunos elementos típicos de una habitación convencional: desde un WC a un armario, una cama son su cabecero y mesillas de noche, así como dispositivos electrónicos. Con una sola diferencia: están colocados al revés, en el techo en lugar del suelo. Todos estos elementos forman el conjunto de la instalación permanente del espacio y van mano a mano con la idea de hacer de este espacio de arte la habitación o lugar de creación del artista invitado, dándole una vuelta al concepto de arte tradicional. Con esto en mente, podemos decir que planteamos recrear la manera en la que la generación de ideas se entrelaza con nuestro día a día, en nuestros propios cuartos.
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Young Les Paul
La falta de ayudas a la cultura o la nula visibilidad al talento emergente por parte de muchos medios y plataformas es evidente. ¿Cómo valoráis la escena creativa nacional actual? ¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrenta?
Efectivamente, el principal obstáculo es la financiación. Existen ayudas, pero son bastante limitadas. Primero, suelen ser de difícil acceso. Segundo, muy complicadas de obtener. Y tercero, las condiciones no son ideales. Tienes que adelantar el dinero, no cualquier gasto entra como subvencionable, no cualquiera puede entrar a concurrir al concurso, etc. Tenemos la suerte de poder estar autofinanciándonos en este momento, pero realmente es un modelo insostenible. En el futuro esperamos poder obtener esponsorización de algún organismo privado o público para poder desempeñar nuestra actividad sin ningún tipo de constricción. Aún así, y enlazando con la primera pregunta, estamos muy agradecidxs, ya que tenemos la suerte de poder hacer cosas. Creemos que, de una forma u otra, la gente joven está buscando la manera de desempeñar actividades culturales y montar sus propios proyectos, como hemos visto este año. Ya sea a través de prácticas más colaborativas o financiándose a través de otros trabajos. Aquí, por supuesto, hay varios peligros que debemos tener en cuanta. En primer lugar, encontramos prácticas que se llaman colaborativas que quizá no lo son tanto y puede ser reprochables moralmente. En las prácticas colaborativas debemos tener en cuenta las posiciones de poder de cada uno de los agentes involucrados en las mismas. En segundo lugar, la realidad es que los puestos creativos están ocupados por gente que, o bien corre el riesgo de auto explotarse y estar pluriempleado para poder pagar su propia práctica artística, o bien provienen de un status quo privilegiado. A todo esto, encima se le suma la eterna paradoja de querer hacer aquello que nos llena y gusta, frente al hecho de no querer vivir esta auto explotación… Los obstáculos de las prácticas creativas son muchos y son estructurales, pero al menos podemos empezar por visibilizarlos.
Otro de los grandes interrogantes tiene que ver con la forma de acceder a los conciertos emplazados en la habitación abierta al público. ¿Cómo es la experiencia para un usuario desde que decide pararse frente al cristal hasta que finaliza la actuación del artista invitado?
El formato de los conciertos está pensado para ser escuchado en streaming. El concierto se debería escuchar a través de Twitch, aunque te pases físicamente por el espacio, ya que el mismo está insonorizado y queremos respetar a los vecinos y los niveles de ruido, con lo cual pensamos que esta era la mejor solución posible. La experiencia de un concierto en Habitación Número 34 es única, no hay ningún otro espacio que realice tantas actividades culturales en un espacio tan reducido. Cuando vas a verlo en directo es una situación un tanto extraña. Se tiene la sensación de ser un voyeur espiando el cuarto del artista, y esa era precisamente la intención. Es una experiencia visual muy especial.
¿Creéis que este formato podría extenderse a otras ciudades o países?
Nuestra intención es extenderlo a otras partes de Madrid primero, y luego a otras partes de España, si es posible.
¿Y que nos podéis adelantar sobre vuestras próximas acciones? ¿Hay algún artista al que os gustaría invitar a participar en un futuro cercano?
Por ahora, tenemos el programa musical cerrado hasta septiembre de 2021, y el programa instalativo hasta septiembre de 2022. El segundo lo hemos decidido por open call y volveremos a sacar la convocatoria para el año que viene pronto. Nos gustaría que participara el mayor número de artistas posibles y seleccionar de entre estas propuestas las que creamos mejores, ya que así la participación se vuelve mucho más abierta, y esto es precisamente por lo que apostamos.
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El Último Vecino
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Javiera Mena
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Confeti de Odio
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Irene Garry