Macarena García (Goya a Mejor Actriz Revelación por Blancanieves) interpreta a Noemí en El arte de volver, una joven actriz que vuelve a casa después de varios años intentando hacerse camino en Nueva York, para presentarse a un casting que podría cambiar su carrera y a su vez podría ser la excusa perfecta para justificar ante los demás y ante sí misma su deseo de volver a Madrid. La película, dirigida por el debutante en largo Pedro Collantes se estrena mañana viernes.
Regresar al lugar en el que uno fue feliz puede resultar una trampa o convertirse en una especie de auto sabotaje, ya que no siempre es tan idílico como se recuerda. Una se olvida de los motivos por los que se fue, de que la vida ha continuado sin ella, sin más, desintegrando todo lo que había conformado su existencia hasta entonces.

Noemí se siente rara y desubicada. Sus relaciones más cercanas parecen fragmentadas, enfrentándose bajo un ritmo circadiano –la película transcurre en apenas 24 horas– a una serie de encuentros breves que la llevan a replantearse su pasado, su futuro y su lugar en el mundo. El personaje que interpreta Macarena García no sabe lo que quiere realmente o tal vez lo sabe, pero no siente la fuerza y determinación necesaria para lograrlo. Solo a través de una serie de encuentros y despedidas podemos configurar su personalidad, con menos aristas de lo que aparenta. Escenas que se yuxtaponen de manera dramática y cómica, mostrándonos que la vida siempre encuentra nuevas formas de resolverse y que tal como le aconseja la figura de su abuelo en un momento clave del film: “Uno siempre debe estar en el lugar en que es más feliz”.
La película que se estrena el próximo 11 de diciembre, fue rodada durante once días y con un ajustado presupuesto, gracias a la Biennale Collage de Venecia, a través de un programa para jóvenes talentos abierto a proyectos cinematográficos de todo el mundo, para elegir y financiar tan solo cuatro de ellos. Pedro Collantes fue el elegido. Forjado en el mundo del corto con piezas como Quince veranos después, Hourglass o Seroni, la intimidad, frescura y pureza narrativa del trabajo del director son algunas de las razones por las que la actriz madrileña ganadora de un Goya por Blancanieves ha participado en este proyecto.

El arte de volver y sobre todo el talento de Macarena García, consigue mantener una agradable atmósfera de desconcierto que acompaña las reflexiones que nos despierta el personaje durante toda la cinta. Sentimientos como la desconexión, la inseguridad, la vulnerabilidad o la pérdida de expectativas. Temas que nos tocan a todos de alguna manera, y más aún en estos momentos en los que todo lo que conocíamos ha cambiado, generando la misma incertidumbre, para transformarse en algo que aún desconocemos.

Macarena García es una joven actriz y también sabe lo que es enfrentarse a castings y gestionar ciertos miedos a la hora de enfrentarse a un papel, tal y como nos explica. Aunque su carrera y carácter son diferentes a los de Noemí, hablamos con ella sobre el personaje, sus puntos de encuentro y las sensaciones que ha despertado en ella.
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El Arte de volver supone el debut de Pedro Collantes como director de largometraje. ¿Cómo te llega esta historia?
Me llegó por Pablo Berger, director de Blancanieves, que me llamó hablándome de Pedro, de un director que iba a hacer su primera película y buscaba a la actriz protagonista, y creía que era un proyecto que a mi me podría venir muy bien. Me dijo que pensaba que hacía tiempo que yo necesitaba algo así y que nos íbamos a entender muy bien. Me mandaron el guión y me conmovió mucho. Conecté mucho con la historia, resonó mucho en mi por diversos motivos, y me lancé.
¿Compartís la misma visión sobre el personaje de Noemí?
Estaba muy claro el guión y lo que Pedro quería contar, así que me dejé llevar por eso y por sus indicaciones. Para mi fue una experiencia bonita porque me di la oportunidad de poder expresarme mucho con Pedro y dio mucha cabida a mi opinión y pensamientos, y pusimos muchas cosas en común. Hablamos mucho, yo fui bastante pesada (risas) y le pregunté muchas cosas y le di muchas vueltas a todo. Realmente ambos estábamos en el mismo camino.
Volviendo al personaje que interpretas, hay como una cierta evolución desde la primera escena en la que el personaje se muestra algo 'duro' o se protege con cierta coraza.
Realmente no veo esa dureza de la que me hablas, sino que lo trabajé como pura inseguridad. En este casting y en base a sus experiencias ella está muy insegura. Después de ocho años haciendo pruebas, tiene un jet lag horrible y de repente aparece una chica mucho más joven que encaja en el personaje. Noemí pone en duda toda su valía, que sea adecuada para el proyecto. Y creo que es el detonante de que ella empiece a estar triste y no conforme, no cómoda. No se siente valiosa y un poco perdida.
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Tal vez esa inseguridad se enmascara con cierta distancia hacia sus relaciones con los demás.
Noemí no era muy consciente de qué le estaba pasando. Desde luego no se encuentra en un momento bueno y de repente llegar y encontrarse con la gente de toda la vida que le empieza a lanzar de alguna manera pequeños toques de atención, hay algo que nunca es agradable de eso y menos cuando te están diciendo que no has estado y te están haciendo sentir culpable.
Así que yo creo que ella y sus reacciones están a la defensiva, pero poco a poco, como tú dices, le va quedando y va calando en ella haciéndole ver algo que no estaba siendo capaz de ver y es que no está llevando la vida que quiere llevar y no está cuidando sus seres queridos y está priorizando cosas que en el fondo no le están haciendo feliz, tiene que replanteárselo.
¿El casting al que se presenta es entonces la excusa para volver?
Sí, yo creo que ella no es capaz de tomar las riendas hacia ningún lado. Está muy perdida y no sabe dónde tiene que estar. No encuentra su lugar en ningún sitio, ni en Nueva York ni en Madrid. Y de repente le surge este casting y creo que en el fondo de su ser le gustaría volver. De hecho hay una escena con Ale en que le dice: “Necesito volver, quiero volver y ya no sé cómo”. Entonces este casting podría ser una oportunidad de que la vida se le ordenara no sabe ni siquiera si quiere del todo pero en el fondo Lo que pasa es que hay como una fuerza exterior que no le permite avanzar. Y es un poco lo que va pasando en esta peli, que poco a poco se va quitando ese lastre.
Después de todo el recorrido de la película vemos muchas emociones que el personaje exterioriza y a las que parece recurrir para enfrentarse a la escena final. En tu experiencia como actriz, ¿te ocurre lo mismo? ¿Echas mano de esas emociones y vivencias personales para sacarlas en escena?
Bueno, depende mucho del proyecto, pero es verdad que aquí sentí la necesidad como de aportar algo personal y mío y hacer una mezcla. Como coger un hilito de algo que a ti te lleve a esa emoción, a un recuerdo, o una sensación que hayas vivido y luego te sumerges en las historia de esta chica y haces una mezcla con tu imaginación, pero sí que requiere bastante trabajo y bastante concentración y a la hora de interpretar estuve conectada con las emociones de ella como el recordar todo lo que había vivido y hacia dónde iba.
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¿Cómo fue el rodaje? ¿Os afectó la pandemia?
Sí, nos pilló la pandemia porque el rodaje fueron solo once días. Rodamos durante nueve días antes del confinamiento y los últimos dos fueron después, así que fue bastante extraño porque esos dos fueron la escena del coche, cuando ya habíamos hecho la película, y tres meses después de una experiencia vital tan fuerte como la que hemos pasado, nos reencontramos todos de una manera muy diferente y con un montón de emociones acumuladas, con las mascarillas… Fue extraño pero creo que volvió a surgir la magia, y también fue bonito reencontrarnos después de tanto tiempo.
¿Habías trabajado antes con Ingrid García-Josson, Celso Bugallo, Nacho Sánchez, Mireia Oriol y Luka Peros?
No, no había trabajado con nadie. Y fue una experiencia muy bonita con todos. Me encontré súper cómoda con cada uno de los actores. Fueron todos muy generosos y trabajamos muy a gusto, con mucha sincronía.
Noemí ha aprendido a no tener expectativas. Tal y como está la situación en la industria del cine, ¿eres positiva? ¿Tienes nuevos proyectos?
Yo, al igual que Noemí, he aprendido a no tener muchas expectativas porque en mi trabajo como las tengas estás perdido. Sí que puedes soñar y trabajar lo máximo para que las cosas pasen pero sí es verdad que hay un punto que no puedes controlar. Y está bien darte cuenta porque si no es un sufrimiento constante y sí que yo creo que he llegado a entenderlo y dejar un poco que las cosas fluyan pero sí que confío y es verdad que ahora el cine y la tele están pasando momentos buenos, está habiendo producciones muy interesantes y yo a nivel personal estoy presentando ahora una serie que me gusta mucho que es Paraíso para Movistar y estoy valorando cosas, me siento bastante afortunada.
La protagonista tiene que lidiar con muchas opiniones de su entorno y enfrentarse a esa inseguridad que comentabas antes. Tu carrera sin embargo está muy consolidada: has ganado un Goya por Blancanieves de Pablo Berger, has trabajado con directores como Fernando González Molina, Beatriz Sanchís o Curro Velázquez. ¿Sigues haciendo castings? ¿También te surgen miedos?
Sí, desde luego. Ayer mismo hice un casting. Hago bastantes castings. Es verdad que tengo la suerte de que muchas cosas me llaman directamente como para esta peli, pero sí, claro que todavía tengo esos miedos o te haces preguntas y a veces no es muy fácil de gestionar, pero bueno, vas aprendiendo a relativizar.
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