No hay nadie como Macarena Gómez. Ella, que lleva más de 11 años protagonizando unas de las ficciones más longevas y exitosas de nuestro país, La que se avecina, ha conseguido lo que muchos desearían, una carrera estable plagada de proyectos diferentes y llamativos. Macarena es una actriz todoterreno capaz de poner rostro a los personajes más dispares. Una prostituta adicta a las drogas, una sensual y sádica asesina o incluso a una fanática religiosa habitan su amplia filmografía. Ahora, gracias a Álex de la Iglesia y sus 30 Monedas, le ha tocado el turno de subirse a unos tacones para interpretar a una manipuladora y ambiciosa alcaldesa cuya vida y matrimonio comienzan a tambalearse por culpa de los tejemanejes de una poderosa secta satánica.
Macarena, empecemos por tu proyecto más reciente, 30 Monedas. ¿Cómo llegó a tus manos esta serie de televisión?
Me llamó un día Álex y me dijo que iba a comenzar a rodar una serie y que había un papel escrito para mí. Bueno, no sé si me dijo exactamente que lo había escrito para mí o que le encantaría que yo lo hiciera. Evidentemente me fascinó que me llamara para decírmelo, ya que nunca pensé que fuese a hacerlo. Fue todo un piropo.
Has colaborado ya con Alex de la Iglesia en las Brujas de Zugarramurdi y en Musarañas, donde ejerció de productor. ¿Cuál es tu relación con el cine de este director como profesional y como espectadora? ¿Cómo describirías su forma de trabajar?
Alex me ha dirigido solo en las Brujas de Zugarramurdi pero como productor he colaborado con él en Musarañas, Pieles y En las estrellas. He hecho bastantes cosas con él podría decirse. Tras ver la serie completa, uno de los actores italianos me dijo que mi personaje era el más “Álex de la Iglesia” de todos. Sé que decir esto puede sonar pedante, pero es cierto que quizás ha visto algo en mí, seguramente relacionado con la mirada, con lo histriónica y visceral que puedo ser, que le ha hecho creer que es ideal para su universo cinematográfico. Cuando me veo en sus películas, sí que pienso que he entendido su mundo y que encajo bien en la historia. Siempre que veo uno de sus trabajos y no estoy en él, me da rabia y digo, ¡mecachis en la mar! Creo que por el tipo de actriz que soy, con mi mirada, puedo saltar del terror al drama o la comedia con mucha facilidad, y sus películas se mueven por esos géneros. Creo que mi mirada tiene algo que ver también. Álex es una persona muy, muy, muy exigente. Hay una cosa que la tienen la mayoría de directores, que también ejercen como guionistas que les diferencia de los que no lo son: que se saben al pie de la letra todo. Ellos han creado a los personajes y los conocen como nadie. Álex te deja bastante libertad; se ensaya poco, aparte de que yo no soy una actriz muy de ensayar, prefiero absolver la energía del entorno. Te da unas pautas muy claras y se trabaja muy rápido; rueda muchos planos y exige al actor tener los cinco sentidos puestos en lo que hace.Todo es muy inmediato. Creo que no le gustan mucho las tonterías típicas de los actores.
Tu personaje podría describirse como una Lady Macbeth rural, que manipula a su marido, el alcalde, para mantenerse en el poder. ¿Por qué aceptaste este papel?
Es uno de los mejores papeles que me han ofrecido. Mi personaje tiene una evolución preciosa, enriquecedora y muy bonita, aunque ese no sería el adjetivo exacto. Empieza de una manera y acaba de otra, y esa evolución, para cualquier actriz, es un lujo, ya que te permite pasar por muchos registros y momentos emocionales. Es cierto que casi siempre me ofrecen personajes muy tiranos o muy hechos polvo y este no lo era. Además me apetecía hacer de chica bien, la alcaldesa en la sombra, una mujer con poder y dinero. Nunca me habían ofrecido algo así. Aunque parezca una trivialidad pero el poder ir mona vestida y peinada para mí era un aliciente.
¿Qué es más peligroso una criatura monstruosa o la ambición desmedida?
Evidentemente la ambición desmedida de mi personaje. Al bicho lo matas, pero las personas ambiciosas siempre quieren más, cuanto más poder tienes más poder quieres.
La serie gira en torno a lo sobrenatural. ¿Crees en lo paranormal? ¿Has vivido alguna experiencia sobrenatural?
Nunca. Ni creo en eso. Sé que puedo parecer ignorante, pero yo creo en lo que veo. Soy más feliz no creyendo en lo sobrenatural. Nunca me ha pasado nada paranormal ni he visto fantasmas.
Sin duda podrías ser considerada como una ‘screen queen’, ya que en tu filmografía hay numerosos títulos de terror. ¿Qué tiene éste género que parece atraerte? ¿Eres aficionada al cine de horror?
Empecé en este género de casualidad. De pequeña fui a los 5 años a ver la película ET y me dio muchísimo miedo, me causó un pequeño trauma. Nunca más volví a ver una peli de terror hasta los 18, hasta que vi Los sin nombre de Jaume Balagueró y me fascinó. De repente me empezó a gustar; empecé a ver pelis de ese estilo y resulta que la primera película que me ofrecieron en mi carrera fue una de terror fantástico, Dagon: la secta del mar, basada en una obra de Lovecraft. Fui al festival de Sitges, la presenté y me vieron como una actriz que encajaba en ese género. Pienso que es por la mirada. Mi padre dice que cuando miro a alguien siempre le causo dudas, ya que no es capaz de saber lo que pienso. Empezaron a llamarme para otras pelis de terror, y me gusta mucho hacerlas, sobre todo si incluyen escenas de acción. No hay nada más escalofriante que lo que está ocurriendo actualmente, pero el cine de terror te permite experimentar situaciones que nunca te van a pasar. En el caso de Álex, él es un director kamikaze, y si hay que pelearse, saltar o algo, pues puedes hacerlo. A Megan y a mí nos encantaba hacer todas las escenas de acción, y las hacíamos todas nosotras.
Antes has mencionado que la primera película de terror que viste fue una de Jaume Balagueró, con quien después trabajaste en su película Para entrar a vivir.
Jaume me parece de los mejores directores de terror de nuestro país y se lo dije a la cara y resulta que me terminó contratando para esa película.
Compaginas una prolífica carrera en el cine con longevos proyectos televisivos. ¿Hubiese sido fácil para ti mantenerte únicamente en La que se avecina sin alternar con otros papeles?
Tengo la suerte de poder alternar mis papeles. En La que se avecina no me exigen exclusividad, cosa que es una suerte. Cuando Lola, mi personaje, desparece tres capítulos, es por que me he ido a rodar una película; por eso he podido aguantar tantos años. Lo que no se puede hacer a un actor es cortarle sus alas, con lo cual, avisando con tiempo a los productores, reescriben el guión y se adaptan. Les estoy muy agradecida.
Te hemos visto hacer de todo. De prostituya yonqui en Carne de neón, a fanática reprimidla en Musarañas, o asesina fashionista en Sexykiller. ¿Qué le queda por interpretar a Macarena Gómez? ¿Qué tiene que tener un proyecto para que te atraiga?
Me encantaría hacer algún personaje histórico; no he hecho uno nunca. Mi sueño hubiese sido interpretar a Isabel I de Inglaterra, pero al no ser inglesa creo que nunca podré hacerlo. Juana la Loca también me hubiese gustado. Respecto a los proyectos, te voy a contar la cruda realidad: la mayoría de los actores no tenemos tantos planes como para decir tengo veinte propuestas en la mesa y estas son las que más me gustan; eso es falso. Yo, por ejemplo, ahora estoy dudando si hacer una película, y me produce ansiedad ya que quiero hacerla, pero tengo que pensar bien las cosas. Normalmente no tengo muchos proyectos sobre los que elegir, sí que puedo decirte que respecto a los cortos, que me ofrecen muchos, me fijo en el mail que me escribe el director, en si tiene muchas ganas de trabajar conmigo. A veces quizás no me gusta el guión pero sí el personaje o me proponen algo que no he hecho.
¿Sueñas con trabajar con algún director en concreto? ¿Hay algún papel que se te quedó a las puertas y aún lo recuerdas?
Me gustaría trabajar con directores europeos como Robert Guédiguian que hace cine naturalista muy social y me encanta. También con Gaspard Noé. Y no. Si hubiese perdido un papel y me hubiese dado mucha rabia me acordaría. Uno que me hubiera encantado hacer era el de la protagonista de Dime quién soy, que ha ido a parar a Irene Escolar.
¡Debiste comprar los derechos del libro!
Cuando lo leí yo, ya debían de haberlos comprado algún productor potente. He comprado los derechos de La trilogía del mal de María José Moreno. Llevo cuatro años desarrollando ese proyecto.
¿Cómo ha sido la promoción de 30 Monedas respecto a otros proyectos sucedidos antes de la pandemia?
Muchas entrevistas por teléfono y junkets de prensa también online. A mí el teléfono me provoca mucha inseguridad pero hay que adaptarse a todo.
¿De qué manera has digerido toda este crisis siendo actriz? ¿Cuál es tu visión de lo que le espera a la industria en nuestro país?
Creo que va a afectar al país en un nivel económico. Soy actriz y empresaria, y me está afectando en todos los ámbitos. Como actriz he tenido la suerte que nada más se produjo la desescalada volví a trabajar. Lo he hecho de forma esporádica pero, gracias a Dios, este mes ya vuelvo a estar ocupada. Como todo el mundo, llevé muy mal la incertidumbre. Me gusta mucho trabajar, lo necesito, me hace feliz. Ahora hasta que no me vea rodando no me lo creeré de verdad.
30 Monedas se emite en HBO, una plataforma de streaming, ¿De qué manera crees que ha afectado al panorama televisivo y cinematográfico la irrupción de este tipo de medios?
No creo que la diferencia sea trabajar para una cadena o para una plataforma. Hoy en día las series de televisión son muy cinematográficas, no es como antes, se ruedan como películas. La que se avecina es un caso aparte, por el tipo de serie que es, pero lo es por una decisión personal de los productores.
HBO tiene proyección internacional y ha emitido Veneno en HBO Max, y de hecho también emitirá 30 Monedas. ¿Te pica el gusanillo de las Américas? ¿Te gustaría dar el salto a Hollywood?
¡A quién no! No sé si viviría allí, pero si me saliera trabajo me iría sin pensarlo. Soy una chica muy atrevida y a donde me llamen voy.
¿Qué dirías a todos los jóvenes actores que están buscándose un hueco en la industria en estos momentos tan difíciles?
Lo mismo que me diría a mí misma cuando empecé. El diez por ciento de los actores vivimos de nuestra profesión. Hay que ser constantes, y si no tenemos trabajo nos lo inventamos. Yo he hecho proyectos sin remunerar, ochenta mil cortos, y si hace falta, llamas tú para poner el proyecto en marcha. Durante el confinamiento he empezado a estudiar sobre producción, y he leído guiones. También intento levantar proyectos, estar activa. El rodar da experiencia y nunca sabes a quién vas a conocer. Yo he hecho muchos contactos gracias a los cortos, porque he sido muy curranta. Había épocas que rodaba un corto cada dos fines de semana. Ahora soy madre y quiero estar con mi hijo pero he trabajado mucho.
¿Qué le depara 2021 a Macarena Gómez?
Tengo que rodar varias pelis pero, como te he dicho, hasta que no empiece no me lo creeré. Como productora estoy buscando financiación para varios proyectos. No me gusta mucho hablar de esto porque soy algo supersticiosa, así que toco madera.