Su dedicación se vio recompensada por el tercer premio en los Bolia Design Awards en una de sus piezas, hecho que le dio visibilidad y le permitió seguir con nuevos proyectos. Además, su evolución en el mundo del diseño es evidente y, por eso, arriesga cada vez más con materiales y técnicas nuevas para encontrar otras sensaciones; a la vez, apuesta por una producción más local y sostenible. En el confinamiento pudo corroborar que era posible producir desde la cercanía y así quedó plasmado en uno de los proyectos de los que fue curadora: Km Zero. En estos trabajos curatoriales es donde evoca su interés por los temas sociales. La arquitectura brutalista, las texturas o el comportamiento humano son otras de sus fuentes de inspiración. Qué mejor que hablar con ella para conocer lo que se esconde en el desarrollo de su obra, el significado que le otorga y cuáles son sus planes de futuro.