Con autenticidad y sin olvidarse nunca de sus raíces, Israel Fernández actuará en el Kauffman Music Center/Merkin Concert Hall de Nueva York el próximo 14 de marzo como parte del Flamenco Festival, junto a su mano izquierda Diego del Morao, cómo no. El gitano manchego está ilusionado y feliz de poder llevar su flamenco lejos, como nos comenta en esta entrevista: “Para mí es una bendición del cielo, y estoy muy agradecido a toda la gente que lo ha hecho posible, a la vida y al flamenco”.
A medida que pasan los años, este género está cada vez más presente en la música que escuchamos, y su presencia ya no solo se limita a España sino que trasciende fronteras, llegando a cautivar a personas de todo el mundo. No cabe duda de que Israel es una de las figuras más destacadas del flamenco contemporáneo, y su música es un reflejo de lo que es ser leal a uno mismo y poner el corazón en todo lo que haces. Y no nos olvidemos de la elegancia, porque ¿qué sería de este género sin ella? Nos habla de tener un don e ir mejorándolo, y de la importancia de pararse a escuchar para aprender.
Hablamos también de su último lanzamiento, dos canciones en formato Apple Music Home Session, de las cuales una es una versión de Bye me fui, de Bad Bunny. ¿Su objetivo? Llegar a un público más amplio, porque el flamenco tiene que ser universal y para todos. Ahora está de gira con su último álbum, Pura sangre, pero tiene preparadas muchas más “ilusiones musicales” para este 2024.
Buenas, Israel, es un placer hablar contigo. Sé que estás de gira, así que no sé por dónde te pillo ahora mismo. ¿Desde dónde me respondes?
Pues estoy en casa, aquí en mi pueblo natal.
¿Y qué tal vas de energía? Recargando pilas, ¿no?
Pues me lo estoy tomando con calma e intentando llevarlo con mucha alegría, felicidad e ilusión.
Así que estás contento con la gira y con todo lo que está viniendo.
Sí, sí, estoy muy feliz. Lo que pasa es que también es mucha responsabilidad. Pero bueno, eso hay que llevarlo como siempre digo, con paciencia, que si uno se pone nervioso no va a ningún lado.
Para irte conociendo un poco mejor, si tuvieses que describir tu arte en tres palabras o una frase corta, ¿cuáles serían?
Autodescribirse es muy difícil… Pero humildemente, soy un gran aficionado. En una palabra, no voy a utilizar tres. Bueno, en realidad sí que son tres: un gran aficionado (risas).
Entendemos tu música como algo que no se puede desligar de tus raíces. Ahora justo estás en el pueblo, así que entiendo que es algo muy importante para ti. ¿Qué significa para ti representar tus orígenes?
Para mí, representar mis orígenes es todo, porque la infancia es importante para la persona humana en general, ¿no? Entonces, representarlos es ser leal y verdadero, es saber quién soy. Creo que la afición y el público merecen, aparte de la música y todo lo que el artista da, un poco también saber a quién están escuchando y de dónde viene.
Relacionado con la infancia, damos por hecho que te habrás criado rodeado de música. ¿Qué artistas recuerdas escuchar de pequeño? ¿Nos puedes decir alguna canción que te marcara?
Pues fíjate qué cosas. Soy de un pueblo de Toledo, soy gitano manchego, y no es raro, pero es verdad que no salen muchos artistas con esta afición aquí. Pero a mi familia le gustaba mucho el cante y el flamenco, y mis abuelos me escuchaban mucho. Aun así, no hay nadie en mi tierra que se dedique al flamenco. Entonces, en ese aspecto, he estado un poco más solo porque mi pueblo es muy pequeño y tuve que ir a Madrid a buscar un ambiente flamenco real.
En mi casa, más por pureza, me refiero a rumba y tango, y son más de escuchar que ejecutar. Aunque también mi madre canta, y mi padre, y mis abuelos; en fin, todos cantan. Mi madre toca la guitarra, y fue ella quien me enseñó los primeros acordes. En ese aspecto sí recuerdo mucho La farfallina, que la escuchaba mi abuelo Porrina de Badajoz y Paquera de Jerez. Ya de más joven mi padre me puso a Camarón y a Paco de Lucía, y allí ya me metí en el mar, en la devoción del flamenco, y encontré muchos artistas. Otra que me marcó mucho fue La Niña de los Peines.
Por lo tanto, esto de ser un gran aficionado viene de casa.
Claro, yo he aprendido mucho de mi familia, de chiquitito. Lo que pasa es que luego hay un don que Dios te da y ese don no se aprende, se mejora. Porque tú puedes crear un ambiente flamenco, un ambiente de rock and roll o lo que sea, y no te puede gustar nada, así que tienes que tener ese don. Después ya tu familia, pues claro, la infancia te da el noventa por ciento. Pero si no lo tienes, no lo tienes. Por ejemplo, yo tengo dos hermanos más y les gusta el cante, pero la afición es mía, y nos hemos criado en la misma casa.
La tradición juega un papel muy importante en tu vida y en tu música, aunque la usas para luego subvertirla y llevarla a lo contemporáneo. ¿Cómo manejas esa tradición para darle un toque personal?
Pues eso, realmente, viene de escuchar mucho. Cuando uno tiene información y la base de dónde viene un cante, de dónde viene otro, quién lo hizo, quién no lo hizo, etc. es cuando se hacen bien las cosas. Por ejemplo, la renovación del flamenco la hicieron Camarón, por supuesto, y Paco de Lucía. Estos dos son imprescindibles, aunque también hay otros que hicieron un cambio potente junto con ellos, que son Enrique Morente y Lole y Manuel. Estos artistas llevaron el flamenco a donde está ahora mismo. Te digo, hay muchos otros maestros, te cuento solamente los potentes. Pero esa gente, esos genios, mejor dicho, sabían lo que estaban haciendo, por eso podían hacerlo. Porque tú no puedes hacer una cosa que no sabes, creo yo, es imposible.
Con todo, tu música es honesta y auténtica, incluso autobiográfica. ¿Qué nos puedes contar del proceso creativo de tus temas? ¿De dónde nacen?
Nacen de lo que yo he vivido. Hablan de mi vida, de lo que yo soy, tanto de lo mío interno como externo. De lo que vivo, porque es mío, y lo que viven mis amigos, que también son míos en un buen sentido, porque comparten cosas conmigo. Cada uno se inspira de una manera. Entonces de ahí, hago una ‘autobiografía’ de lo que soy realmente.
Te estrenarás en Nueva York el 14 de marzo en el Kauffman Music Center/Merkin Concert Hall junto a Diego del Morao, como parte del Flamenco Festival, que lleva años celebrándose y por el que han pasado grandes figuras del género. ¿Cuándo escuchaste hablar del festival por primera vez? ¿Te ha venido de sorpresa o hace años que lo conoces?
Estar en este festival es increíble. Estoy… vamos, casi que no me lo creo. Fui con Carlos Saura hace como quince años y también con Sara Varas varias veces. Todo esto lo hace Miguel Marín, que es el promotor de esta gira, y ahora, el ir con mi nombre, ir solo, para mí es un sueño cumplido. Jamás pensé que iba a ir como Israel Fernández a este festival. Para mí es una bendición del cielo y estoy muy agradecido a toda la gente que lo ha hecho posible, a la vida y al flamenco.
Para muchos artistas, actuar en Nueva York es un sueño. No sé si como cantante de flamenco ha estado en tu punto de mira.
Bueno, uno siempre tiene la ilusión de viajar y de llevar el flamenco lejos. Pero como siempre tuve pocas cosas, tampoco quiero tantas, ¿me entiendes? Porque no sé, no me ordeno cuando tengo tantas cosas, no sé dónde guardarlas, dónde meterlas, ni cómo tratarlas, porque me pongo loco. Cuando uno tiene poco, sabe dónde están las cosas. A nadie le amarga un dulce, pero tampoco quiero muchos porque me van a azucarar.
Sí que es verdad que como artista tengo la ilusión de llevar el flamenco a lo mejor posible, junto con mis compañeros, con los artistas que estamos en este momento. Es que estamos todos en el mismo barco, la unión hace la fuerza, y queremos llevar el flamenco a un sitio bonito, a un poco más de masa, de un público que salga de la minoría y que se quede en la mayoría para que lo disfruten. Entonces el ir allí, llevar el flamenco a Nueva York, es una bendición para el público y para mí.
¿Notas que se percibe diferente cuando actúas fuera de nuestras fronteras? ¿Tal vez lo vean como algo exótico, por ejemplo?
Le dan un poco más de valor, quizás porque no lo tienen. Igual que cuando tienes una cosa y no le das valor porque está ahí siempre y luego la pierdes y la echas de menos. Esto es lo que pasa con el flamenco. Fuera de España tiene más valor porque no lo tienen. Además, tiene mucha fuerza, mucho carisma. El flamenco tiene mucho poder sentimentalmente hablando. Imagínate la capacidad que tiene de sensibilidad el flamenco que traspasa idiomas. Entonces con esto, el extranjero flipa.
Aunque en el festival vayas solo, Diego del Morao te acompaña. La colaboración con él ha sido una constante en tu carrera. Se nota que hay una conexión profunda y que vuestro arte se complementa. ¿Cómo describirías la influencia de Diego en tu desarrollo artístico?
Pues no es ni más ni menos que el cincuenta por cien. Es la mitad de lo que soy, musicalmente hablando. Porque al final, las cosas se pegan. A todo el mundo se le pegan las cosas de uno y de otro, y eso es bonito. Las buenas, por supuesto. Nunca me había imaginado que Diego hiciese una gira conmigo, ni un disco. Hemos creado una conexión increíble sin quererla, tampoco. Es una cosa que viene cuando uno se enamora, y uno no elige enamorarse.
El amor viene de los momentos y de las situaciones. Y en ese caso, Diego para mí, de corazón te lo digo, sin exagerar nada, artísticamente y como persona es único, y es un guitarrista que tenemos que disfrutarlo mucho porque tenemos a un genio vivo. Y gracias a Dios está conmigo, que para mí, imagínate, es una bendición. Yo quisiera estar siempre con él. Me da mucha seguridad e inspiración. Cuando grabamos los discos, uno aporta al otro. Compartimos la música como quien comparte un cacho de pan. Es muy bonito.
Tus últimos lanzamientos son del formato Apple Music Home Session, con la versión de Bye me fui, de Bad Bunny, y una versión de Caminos y vereas, que pertenece a tu último disco. ¿Qué fue lo que te motivó a elegir estas canciones y hacerlas desde este nuevo enfoque?
Pues vienen de salir un poco de mi zona de confort. La del disco, Caminos y vereas, en un primer momento la íbamos a hacer diferente, pero se quedó ahí a la chistera y digo, venga, vamos a hacerlo, que tenemos la espinita. Al final lo grabamos por tango. Pero el de By me fui viene de que quería hacer una versión en la que yo esté cómodo, o de flamenco, o de alguien latino, que yo más o menos le tenga controlado. Pero pensé, ¿para qué? Si eso me viene fácil a mí. Entonces quise ir un poquito más lejos, un poquito más a la calle. Y empecé a buscar a alguien que no lo tuviese escuchado.
¿Cómo un reto personal?
Un reto personal, sí, pero también para llegar a un público más joven. Un amigo me mandó diez temas, tres de ellos eran de Bad Bunny y los otros de estos artistas que están haciendo este tipo de música de ahora. Esta canción me llamó la atención porque el mensaje es bonito. Todas las canciones que escuchaba hablaban de cosas que en el flamenco no entran. Hay temas que depende de qué música no entran, y en el flamenco no entra la palabra ordinaria. No es que esté criticando, sino que es una realidad. El flamenco puede llegar a ser pícaro en el sentido de un poco golfo, pero la forma de decir las cosas es elegante.
Y te digo, yo soy un golfo elegante, pero en el buen sentido de la palabra, por supuesto. Con esas canciones no encontraba ninguna letra bonita, elegante, que hablase del sexo pero más flojito. Entonces cogí esta canción que me parecía que tenía un mensaje muy bonito: me fui porque siempre estabas con otro, después vuelves a mí, pero yo ya no estoy, yo ya me fui. A veces las personas se sienten utilizadas en todos los sentidos, ya no solo en el amor. Así que me pareció que podía hacerlo, podía defenderlo. Cuando alguna cosa la puedo defender, pues la hago.
A mí personalmente me llamó muchísimo la atención.
¿Te gustó?
La empecé a escuchar y me costó conectar de dónde venía, porque realmente acaban siendo dos canciones completamente diferentes.
(Risas) Es para escucharla a tope en el coche y disfrutarla.
Para meternos un poco en tu universo, ¿qué canción no te sacas de la cabeza últimamente?
Es difícil. Como yo escucho tanto, más que pegarse en la cabeza, escucho. Últimamente, al maestro Paco Lucía con Doblan campanas.
¿Qué nos puedes adelantar de 2024? ¿Viene con sorpresas?
¿Sorpresas? Bueno, es que las sorpresas no se adelantan, que sino dejan de serlo. Pero te puedo dar un poquito de ilusión musical. Real, con una base. Pues tengo un disco en la cabeza muy bueno. Bueno, va, sí que lo voy a decir. Voy a sacar un disco en directo con Antonio el Relojero. Y sacaré un disco de cante de los años 20 al 30. Me voy a salir y voy a hacer un disco con un guitarrista que tiene setenta años y toca lo de la escuela de esa época, que se ha perdido un poco realmente. Y haré un disco en directo que saldrá este año, si Dios quiere. Y después, también tengo cosas con Diego del Morao, pero eso es ya más de aportación, lo que siempre hacemos nosotros.
ACERO-ISRAELFERNANDEZ-11.jpg