Escaparte a las montañas a tomar el aire frío y rodearte de naturaleza en medio del invierno, que siempre acaba haciéndose tedioso, es un gusto que cada día más personas nos concedemos. A un minuto andando del telecabina para subir a las pistas del sector El Tarter de Grandvalira (y pudiendo bajar esquiando hasta el edificio) está L’Abarset, un local de más de dos mil metros cuadrados y un espectacular diseño vanguardista de David Alayeto, que se establece para cambiar no solo el concepto de après-ski, sino el de Andorra como destino vacacional, cultural y de ocio. Este fin de semana nos hemos acercado a Soldeu para hacer algunas bajadas y saltar por la noche en L’Abarset junto a Brunch Electronik y sus dos invitados, Jon Blomqvist y Miss Monique. Y de paso, hemos podido comprobar que no todo son deportes de invierno y youtubers (aunque también nos los hemos encontrado).
En la estación andorrana Grandvalira, el mayor resort de esquí de los Pirineos, saben que los casi dos millones de personas que visitan sus instalaciones anualmente ya no son exclusivamente esquiadores profesionales, sino que la mayoría busca, sí, aprovechar las horas de ski, pero principalmente disfrutar y desconectar. Muchos aficionados al ski o al snow cada año usan este deporte como premisa para darse unas pequeñas vacaciones y disfrutar de la naturaleza de las montañas. Las estaciones de ski empezaron como localizaciones que ofrecían un lugar óptimo para los esquiadores profesionales y de competición, y por esto lo que apremiaba era la practicidad y, sobre todo, la rapidez de la experiencia. Los aspectos que no fuesen el propio entrenamiento, es decir, alojamiento, restauración y entretenimiento y cultura, estaban totalmente en segundo plano, y de ahí la mala fama que tienen las pistas de esquí en cuanto a restauración.
Sin embargo, la demanda ha cambiado y en Soldeu y El Tarter están haciendo lo que llevan toda su historia haciendo: sacarle el máximo partido a la situación. Como nos contó Elisabeth Pérez, Directora de Marketing del proyecto Andorra 2029, la historia de crecimiento de estos pueblos se remonta a los años sesenta, cuando las pistas de esquí se comenzaban a construir y los trabajadores necesitaban alojamiento y comida. Así hasta hoy, con emblemáticos hoteles esparcidos por todo el pie de las pistas.
Los entonces sencillos pueblos que se supieron adaptar ahora quieren ir más allá y ofrecer al visitante una experiencia 360º, y en el centro de todo esto está L’Abarset. Este nombre, ya icónico entre los après-ski de los destinos de nieve europeos, tras su reapertura en 2022 como remodelado L’Abarset se enorgullece de haberse convertido en “el pico del après-ski”, tanto en forma como en contenido: tiene una arquitectura singular en forma de pico, pero lo que pasa dentro es aún más top. Por la tarde, ambiente elegante y acogedor con enormes ventanas desde las que contemplar la montaña nevada, gastronomía gourmet de montaña fusión (tenéis que probar todo, pero personalmente recomiendo encarecidamente los tacos) y su coctelería.
Por la tarde, una transformación completa del espacio en lo que parece una pequeña villa invernal transformada en festival al aire libre: se mueven las mesas, se instalan luces de colores y un escenario en la parte exterior del recinto e incluso se abre la barra de chupitos que hay en los baños. Y es que cada fin de semana, de 16h a 22h su terraza se mantiene arriba con una parrilla de DJs venidos de todo el mundo. Y en algunas fechas concretas la fiesta continua en el interior con su propia after party llamada “The Peak”, que se extiende de 22h a 2h de la madrugada. Además, a esta ecuación se le suma de vez en cuando Brunch Electronik, el influyente festival de música electrónica que lleva escogiendo desde la temporada pasada este exclusivo espacio para celebrar sus fiestas en Andorra.
Sold out tras sold out, L’Abarset se ha convertido en el après-ski con el line up musical más destacado en Europa y el más solicitado (y no solo entre los turistas, todos los habitantes del pueblo con los que hablamos o tenían entrada o intentaron conseguir una sin éxito). Solamente durante esta temporada han actuado Vitalic, Joseph Capriati, Andrea Oliva, Josh Wink, o NTO, entre otros. Nosotros pudimos ver a dos artistas de reconocimiento internacional: primero, al cantautor del techno Jan Blomqvist, con todo su carisma de estrella de rock en el escenario.Escuchamos todas sus canciones famosas, desde The Space In Between hasta More, además de momentos instrumentales perfectos para la abstracción, y el público estaba deleitado. El espacio entre las montañas ofrecía un contexto de ensueño para dejarse llevar por la música introspectiva del alemán.
Justo después de Blomqvist salió a escena la joven promesa (y la razón de la asistencia de muchos según se vio, la gente llevaba camisetas con su cara) Miss Monique. La joven ucraniana desprendió toda su energía en el escenario de forma contagiosa y su actuación se podría describir como una mezcla entre una tormenta eléctrica, un viaje al espacio y una fiesta total. Entre hits suyos y demás temas icónicos remixados, como el You & Me de Disclosure mezclado con ritmos afro con el que cerró, las diez de la noche llegaron demasiado pronto.
Después del evento nos dirigimos directamente a The After Party, la fiesta que se celebró continuando el Brunch al más puro estilo The Peak y que extendió la noche hasta las dos de la madrugada. ¡Y hasta continuó en los baños! Con la música a cargo de Eli Kapowski, nos encontramos a todos bailando y disfrutando de deliciosos chupitos de mango en la barra que se encuentra en la parte inferior.
Después de esta experiencia, entendemos por qué este concepto que fusiona ocio, música y gastronomía trascenderá más allá de la temporada de esquí y por qué artistas de renombre internacional se acercan a Andorra para formar parte de esta excepcional experiencia. El mes de febrero ha estado repleto de eventos sold out, pero aún queda mecha para rato. De momento, puedes apuntar en tu calendario los próximos Brunch Elektronik: 15 de marzo y 1 de abril.
